Hernia inguinal

Una hernia inguinal ocurre cuando una porción de tejido, como una parte del intestino, empuja hacia afuera a través de un lugar debilitado en los músculos abdominales. El bulto que se produce puede ser doloroso, especialmente al toser, inclinarse o levantar un objeto pesado. Sin embargo, muchas hernias no causan dolor.

Causas Algunas hernias inguinales no tienen una causa aparente. Otras pueden ocurrir como resultado de lo siguiente:

Aumento de la presión dentro del abdomen Un punto débil preexistente en la pared abdominal Esfuerzo al defecar u orinar Actividades intensas Embarazo Tos o estornudos crónicos

Complicaciones Las complicaciones de una hernia inguinal pueden ser las siguientes:

Presión en los tejidos circundantes. La mayoría de las hernias inguinales se agrandan con el tiempo si no se las repara mediante una cirugía. En los hombres, las hernias grandes pueden extenderse al escroto, lo que causa dolor e hinchazón. Hernia encarcelada. Si el contenido de la hernia queda atrapado en el punto débil de la pared abdominal, se puede obstruir el intestino, lo que produce dolor intenso, náuseas, vómitos y la incapacidad de defecar o eliminar gases. Estrangulación. Una hernia encarcelada puede cortar el flujo sanguíneo a parte del intestino. La estrangulación puede producir la muerte de los tejidos intestinales afectados. Una hernia estrangulada es potencialmente mortal y requiere cirugía inmediata.

En la actualidad existen métodos quirúrgicas de mínima invasión para reparar hernias inguinales, sin embargo es muy importante acudir con tu cirujano para que evalúe tu caso de manera individual y te ofrezca el mejor tratamiento.